Un estado de violencia interna. Una microrevolución de dos que termina por lograr lo que las masas pretendían en su constante desacuerdo: Romper con el status quo, progresar, liberarte del sufrimiento, presente o futuro para entrar en otro. En aquel que tiene como causa la decisión propia, y como co responsable a quien ahora ya no está para culparse del mal camino. Parecen tan lejanas las tardes interminables donde el unico defecto era la velocidad del tiempo. Es imposible recordar los minutos, y mañanas, y tardes de absoluta convicción, de absoluta satisfacción de haberlo encontrado. Ahora las formas lo son todo. Los proyectos dispares, los egos mal encausados, las palabras hirientes y el calor extinto que tiñe todo de un gris tan oscuro que parece noche. Entonces la solucion es borrarlo. Progresar. Tratar de olvidar en tiempo record los momentos más felices para poder acceder de nueva cuenta a lo mismo. Como un circulo vacío de estar-amar-olvidar.
Jose A. Casas-Alatriste