La forma del encuentro es a posteriori lo menos relevante, pues pocas veces el lugar, las personas alrededor, la circunstancia específica o el motivador inicial juegan un papel en el futuro. Pocas veces les damos algún espacio en la memoria de ese momento, pues generalmente todo se centraliza en un solo elemento. En una sola persona. En un solo pensamiento y la incertidumbre que genera ver en un solo punto razones y deseos entremezclados.
Por eso el encuentro es quizás el momento más importante. Cuantas veces existe el amor en potencia pero se desvanece por no existir el encuentro que lo materialice? El encuentro es el punto de partida de esa esencia, que difícilmente surge bilateralmente a la primera, pero que al convencer a un alma de su paralela existencia, abre, inevitablemente, las puertas a restos de historias, muchas veces contadas, otras imaginadas. Pues eso es evidente y claro, no todos los encuentros terminan en hechos concretos de amor y futuro, pero no viceversa. A lo mejor algo de suerte, a lo mejor algo de destino, a lo mejor el karma inexplicable de merecer lo que no imaginamos merecible. Al final del día es el encuentro el primer paso y sólo eso.
Jose A. Casas-Alatriste
2 comments:
No solo provocó que leyera, si no que me gustara. Muchas felicidades... sigues escribiendo?
-Arantxa-
Definitivo, uno de mis favoritos. H.
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