Sunday, June 06, 2010

Integridad, La Importancia de Llamarse.


Siendo absolutamente honesto, me gustaría ser todavía más íntegro de lo que soy el día de hoy. Soy un mal ciudadano en algunas cuestiones, comento de política pero no tengo IFE, y he caído en más de una ocasión en la tentación de librarme de algún problemita vial a través de una mordida. Mal. Lo que sí se, es que quiero ir eliminando cualquier elemento que me aleje de la integridad en el más puro sentido, aunque en la práctica sea complejo.
Escribo esto porque la semana pasada estuve en el Colegio Celta, una de las empresas para las que trabajo, y que es de las que más satisfacciones me ha dado, al poder contribuir, de manera marginal, al elemento más significativo para el desarrollo y bienestar de este país: La educación.
El punto es que caminando por esta increíble escuela, en la sección de primaria hay un retablo bastante grande con un título: Íntegros. El tablero estaba lleno de textos escritos por alumnos (quizás 1 ero o 2do de primaria) redactando alguna historia en donde ellos consideraran que habían actuado de manera íntegra. "Devolví dinero que estaba tirado, o que me encontré en mi casa, etc..."
Lo menos relevante es la experiencia particular de un niño de 6 o 7 años. Lo importante es el mensaje. El valor inculcado a esa temprana edad de la importancia de la integridad, su valor y la autosatisfacción que genera.
Siempre he pensado que uno de los cambios importantes a los programas educativos debería darle una importancia mucho más relevante al tema de principios, ética e integridad a las generaciones venideras. Que no es lo mismo que moral, civismo o religión. Recuerdo que en el Liceo el único profesor que se dejaba sobornar era el de la materia de civismo. Materia extra a la currícula francesa para acreditar secundaria ante la SEP. Que vergüenza, era de los pocos profesores Mexicanos.
Solo como conclusión guajira, idealista, pero no por eso imposible: Imaginen un país cuyas nuevas generaciones estén formadas con un amplio y claro concepto de la ética y la integridad. Y después piensen en la infinidad de problemas que se irían resolviendo automáticamente. Espero que los alumnos del Colegio Celta  generen ese cambio a nivel micro en su alcance con la sociedad. He escuchado millones de veces que la educación es un factor de cambio indispensable (e impostergable) para este país y coincido. Pero es importante revisar hacia donde queremos apuntar. Por eso es guajiro e idealista pensar que podamos destinar nuestros programas educativos a mejorar la integridad y la ética de las personas, sabiendo que quienes controlan, manipulan y manejan la educación en este país, son precisamente personas que carecen con creces de estos deseados principios. ¿Por dónde empezar entonces?

Jose A. Casas-Alatriste

1 comment:

Anonymous said...

Hoy volví a leer tu post y no le pudo haber quedado mejor a mi día. El tema de la integridad en riesgo es algo que vemos todos los días y ojalá solo sea en el sistema educativo. En lo personal me saca mucho de pedo la cantidad de gente que está dispuesta pisar a alguien para "colgarse una medalla", por un reconocimiento laboral, por quedar bien o por una lana. En una organización en la que te das cuenta de la falta de ética de los directivos (ya sin mensionar a los colaboradores) te hace dudar de lo que hicieron o a la gente que pisaron para llegar a ese lugar, y me hace pensar ¿estas dispuesta a hacer eso para "crecer"? la verdad es que no. Prefiero vender refrigerios en la playa, jeje!
Pero hay gente que se enfrenta a "tu carrera VS tu integridad" y lo que te enseñan es a pisar para crecer, sin importar lo que hayas aprendido en la escuela... triste!
Lo que podemos hacer es intentar ser mejores individuos y esperar que se contagie con ejemplo y no participar ni inducir ese tipo de comportamientos... y como bien dices, idealizar el mundo o pequeño nucleo donde el hambre de poder no domine ni haga que la gente se quiera "vender".
Gran post! Al menos intentemos ser mejores de lo que somos hoy.