Profesiones Sub-Valuadas: Evitadores de Catástrofes.

                 Ayer comí con mi abuelo René Parlange. Lejos de escribir esto con la intención de obtener un "ahhhh, que lindo", este acto en aparencia casi asistencialista, representa para mí, de los ratos más interesantes que se pueden tener. Tengo 2 formidables abuelos opuestos entre si. Este, el materno, cuenta con varias cualidades remarcables, tiene un enorme sentido del humor, y es un apasionado de la historia y de la vida. Después de comer, al tener una de esas conversaciones que a pesar de mantener una linea, saltan de temas diversos, ricos en su valor anecdótico, ascertivos en su valor didáctico, llegamos a este tema. Los evitadores de catástrofes, y el papel irrelevante que juegan en un contexto a posteriori, cuando lo desastroso ha sido evitado. Y para ejemplificarlo me habló de ese general (tan irrelevante se volvió que no lograba acordarse de su nombre, pero yo ya lo wikipedié) Dietrich Von Choltitz. En una novela que proximamente me estaré leyendo (pero cuyo resumen también wikipedié para confirmar la memoria privilegiada de mi abuelo) "Arde Paris?" se describe como tras el avance de las fuerzas aliadas, y la retirada alemana de Paris, Hitler ordenó a Von Choltitz, el gobernador alemán de dicha ciudad, que destruyera los puentes, y los principales monumentos de la ciudad Francesa.
                    Mis lectores asiduos conocerán mi afición particular por tan pretenciosa ciudad. Amor Odio inclinada al amor mucho más que al odio. El punto es que hoy los nombres de Haussman (gran fomentador de la belleza actual de Paris) y el de Von Choltitz, que desobedeció para preservarla, deberían estar en el mismo cuadro de honor. Pero no. Von Choltitz, heroe absoluto y solo recordado en los turibuses parisinos, nunca alcanzará el escalafón de heroe, precisamente porque la desgracia nunca sucedió. Porque sin catástrofe, el valor de evitarla es nulo. Y los millones de héroes que evitan catástrofes todos los días deben ser, por ende, héroes auténticos por su anonimato. Héroes auténticos pues la recompensa del valor (no percibido) de sus actos es la autosatisfacción.

Jose A. Casas-Alatriste