Hay un límite a tu amor. Pareciera como si nunca hubiera
existido para entonces procurar borrarlo como un hecho en piedra. Como un
axioma permanente. Como algo que puede ser todo, menos inexistente.
La búsqueda empieza como primer paso para darle continuidad
a esta vida de cambios de corazonadas. De sentimientos como frecuencias. De
primeros y últimos besos.
Y con la corazanada como coartada para delinear nuevas
posibilidades. Un inicio inesperado, quizás impredecible como todo lo que a
veces se acerca a lo perfecto. Impredecible en el sentido más gratificante.
Me pregunto si algún día lograré la ecuación de estar y
querer estar. De estar con quien quiero y con quien debo estar. Probablemente
en el fondo siga queriendo estar contigo. Quizás sea lo correcto. Lo que no es
correcto es no verlo hacia adelante. Ni buscarlo.
Empezar una nueva búsqueda. Encontrar en alguien más todos
tus porqués no. Convencerme de todas las virtudes que implican no estar
contigo. Estar con alguien más como principio de felicidad por diferencia. ¿Por
qué carajos no te alejas de mis referencias?
Por lo pronto mi búsqueda parece conseguir algunos efímeros
triunfos. Triunfos de risas y de estar bien. No sé cómo llamarlo a estas
alturas pero lo que sea se siente bien. Parece en el camino indicado.
Lo que tengo muy claro es que de ninguna manera voy a permitir
que mi posición se relaje ni prostituir mi perdida. Ni el curioso ni el débil.
Aunque aclames que tienes algo entre manos. Algo único. Con todo y lágrimas.
Sabes que me iré sin darle substancia a mi sombra volteando hacia atrás.
Jose A. Casas-Alatriste
1 comment:
Me encanto! "La ecuación de estar y querer estar"
Post a Comment