Sunday, October 27, 2013

X Silencio



Las palabras son muy innecesarias, sólo pueden hacer daño.

No en el sentido hiriente, no en el sentido de usar las palabras para expresar desprecio. Al final ese no existe.
Las palabras que se omiten son violentas en otro sentido. En el que rompen con un equilibrio dictado de distancia y tiempo. De suspensión e indefinición, la indefinición opuesta a la del capitulo 8.
Aquí el silencio es un pacto necesario. Es una amenaza de desaparecer, de no estar cuando estés.

Para eso funciona este absurdo y terrible silencio. Como una carta en braile que no sabemos interpretar. Como un mensaje tan complejo por su misma ausencia. Como un hilo conductor que parece no conducir a nada. A posibles interpretaciones y pensamientos en primera persona. Y así se disfruta el silencio. En primera persona.

En primera persona aunque esté completamente lleno de ti. De la presencia que alguna vez fue presente y física y de las horas que pasaban donde había todo menos silencio y paz. Una guerra que permanece impregnada en las sabanas y los recuerdos. En las imagenes de tus piernas y la textura de tu pelo revuelto. En la risa que llenaba cualquier vacío o duda. La colección en pirmera persona que dejaste flotando. Los dibujos de un posible futuro que mucho dependerá del silencio.

Words like violence break the silence come crashing into my little world, painful to me pierce right through me can't you understand oh my little girl?

Jose A. Casas-Alatriste

Saturday, October 12, 2013

IX Disconfirmation


Tu sabes que a cada expectativa le corresponde un riesgo.

A cada atribución potencial, dibujada en el futuro, le corresponde el riesgo de nunca ser. La desconfirmación. La desiguladad aritmética entre la expectativa y la realidad.

Para bien o para mal. O neutra, en cuyo caso, medianamente imposible, las expectativas quedan simple y sencillamente satisfechas.

Te pones a pensar en cómo puede ser esa siguiente vez. Los trazos de tu cara no me quedan ya tan claros y a veces te imagino mucho más guapa y después me acuerdo de tu risa y no sea si sea expectativa sensorial pero se me enchina el cuero y me gusta.
Pareciera que las palabras que cambiamos lo confirman a pesar de tus silencios prolongados y tus incoherencias repetitivas.

Y pareciera que hay intención. Que la tienes. De estar y desconfirmar. Desconfirmar como un pasito de bebé hacia realidades más duraderas, más llevaderas. Nunca aburridas.



Y después sucede que no sucede. 



No hay desconfirmación simplemente porque no hay ese hecho esperado. No estás presente. Le diste la vuelta. Un pin. Un milestone quizás de muchos con los que se construyen las vidas, que simplemente fue dejado de lado.

Entonces me quedo así de absurdo con nada más que la expectativa que en este caso juega negativa. Como algo fresco que después de un tiempo de tenerla ahí se echa a perder y huele mal.

O en todo caso es el tipo de desconfirmación que no necesitaba. La que se quedó muy por debajo de las expectativas, y que quebranta esos dibujos imaginarios de futuro y tu espalda en preguntas que quedan tan poco claras que no siempre vale la pena buscarles respuesta.

Jose A. Casas-Alatriste